sábado, 19 de noviembre de 2016

Psilotum (2)

A veces el mutismo de la naturaleza me irrita. Otras, cuando me sangran ya el corazón y el cerebro de estamparme contra los lenguajes, pido asilo allí donde callan las cosas y los individuos. En realidad nada deja nunca de comunicarse. La red de micelios de los hongos obliga al ecosistema a entenderse. Una nube de mensajes bioquímicos cuelga sobre tu cabeza y te envuelve, y de alguna forma consigue que hasta tú captes sus discursos. Pero a veces desearías que la vida no humana se dejase de sutilezas. Que no fuera tan tímida, o tan celosa de sus verdades, y contase lo que tiene que contar sin dejarse avasallar por tus interferencias. Querrías escuchar y no imaginar que escuchas. No ser más el ventrílocuo de lo que te rodea. Olvidar lo que has aprendido en los libros y en las aulas, donde lo más verde que encontrabas eran la pizarra y la bilis que te provocaba el encierro. Y así, libre de emociones predigeridas y conocimientos previos,te gustaría atender hechizada.

Porque es difícil que, por sí mismo, un ser como Psilotum nudum consiga fascinarte. No tiene majestad, no tiene belleza, no va a empezar nunca una conversación si tú no lo incitas. Ahí lo tienes delante, esa hierbita refugiada en la fisura de un bloque de arenisca que, él sí, es regio, es hermoso, y tiene tantos matices de color que no para de hablarte. Ese es el Psilotum, y no es una hierba, sino un helecho. Aunque no tenga nada que ver con la copia categórica que en tu cerebro guardas de la entidad helecho. Aunque verlo no te deje el menor regusto a frondoso. Aunque te parezca una simple broza. Tallitos más pequeños que mi mano dibujados por un niño de cuatro años. Para que Psilotum nudum te convenza necesitas estar iniciado.

Necesitas que alguien te diga: mira a tu alrededor y señálame lo más viejo que veas. No vale el sol, ni tampoco el cielo. Si te atreves con esta pared de arenisca, te equivocas. Hay algo en tu campo de visión que es más antiguo que cualquiera de estas piedras. ¿Y si te revelo que la respuesta correcta es: la arquitectura obvia del Psilotum? Un tallo que se divide en dos que se divide en dos que se divide. Sin raíces, sin hojas. Psilotum es el último mohicano de una cultura cuya senectud abruma. Primo hermano de una especie pionera. Depositario del mayor episodio de valentía que jamás haya visto la Tierra.

Ahora voy a decirte cuatrocientos millones de años, pero no pretendas hacerte una idea de cuánto tiempo cabe en esa cifra. Simplemente, tu razón no ha evolucionado lo bastante como para asimilarlo. Sólo precisas saber que en aquel antes impensable, la vida era un asunto marino y la corteza terrestre, algo bastante parecido a una distopía apocalíptica. El suelo estaba desnudo como el de la Luna y la atmósfera no era respirable. Entonces, de algún modo que te lleva a cuestionar si tu ateísmo no será porfía, ciertas algas decidieron salir del agua. Y ese paso cambió para siempre el planeta, con una fuerza sigilosa e imprevista mucho más potente que la de cualquier meteorito. El alga se endureció y se convirtió en una primera planta terrestre. Poco a poco la piedra primigenia se fue fisurando, la superficie seca se tapizó de una pelusilla verde y el oxígeno dejó de ser un gas de lujo. Piénsalo friamente: antes. Antes de cualquier cosa que conozcas, salvo el sol, el cielo, el agua y algunos tipos de roca. Antes de nuestras preocupaciones y nuestros dolores. Antes de tu piel caliente. Antes del primer útero. Antes de los pulmones. De los dinasaurios y los insectos. De las flores y de los pájaros. De la madera. De una atmósfera acogedora. De la sombra del bosque.

Antes hubo una primera planta insignificante. Una hierbita ridícula. Una broza. Un tallo que se dividió en dos y en dos y en dos, y así hasta llegar a la lechuga y al león y a ti mismo. Pero ese diseño primitivo se mantuvo. Pura simplicidad convertida en potencia. Un ser sin raíces ni hojas que se aferra a la piedra, esa arenisca que tienes delante o aquella primera superficie intratable. De ese diseño es heredero el Psilotum.

Y esa es la historia abrumadora que no se decide a contarte, porque, quizás, después de ese primer capítulo fastuoso cualquier relato que venga pueda no interesarte. Y sin embargo, Psilotum nudum ahí puesto, en esa fisura de un bloque de arenisca en el extremo sur de Europa, es señal y testigo de más aventuras. Hasta que Betty Molesworth no descubrió justo aquí su presencia, allá por 1965, este helecho insignificante siguió guardándose sus secretos para él solito.


2 comentarios:

  1. Así que era eso...Cuando el otro día leí aquí por primera vez el nombre de esta "criatura" y me dejaste sin conocer en qué consistía su misteriosa importancia, corrí a la Wikipedia y cercanías que me ilustraron muy poco.
    Y por fin hoy me entero de que "en el principio era el Psilotum..." y comprendo un poco mejor por qué sigues los pasos de Betty.

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  2. Creo que debería usted quedar a tomar el té con la Dra. Sassoon...

    Estos videos los hizo ella en Kenia antes de que yo naciera (Pleistoceno superior)

    https://www.prm.ox.ac.uk/brown.html

    Ver su curriculum da mareos. Verla conducir su Land Rover a sus cerca de 90 primaveras, también.

    Kisses from paradise!

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