sábado, 30 de abril de 2016

Nuestra charla allí donde sabes

 
Esta vez, si me lees de nuevo, sabrás que te estoy hablando. A ti, con tu específica combinación de nombre y apellido, elegante como la denominación científica de una planta. La del té, por ejemplo: Camellia sinensis.

Frase a frase te irás dando cuenta de que eres tú, y de que esas dos letras unidas, t+u, logran abarcar tu riqueza de modo mágico. Al principio tal vez te incomode. Se te calentará la punta de las orejas pensando si no podía haber elegido una forma de interacción más personal para decirte lo que fuera. Pero quiero creer que poco a poco la lectura dejará de ser un asunto de ojos. La forma se hará irrelevante, y ya no importará que lo que es sólo para ti pueda ser cazado por otros.

Esto no será más la botella arrojada al mar por un naúfrago, o el Patri, me gustas que cualquiera lee a vuelacoche en un puente de la autovía. Será nuestra charla delante de un café con tarta. O en esa playa perfecta que nos deberíamos estar bebiendo con la mirada, en vez de parlotear como urracas. Nos rodearán italianos demasiado bien peinados como para resultar seres humanos creíbles. Mi tarta de requesón y membrillo merecerá versos octosílabos. Te preguntarás cómo es posible ese mar turquesa mientras me escuchas. Seguiré pensando que hay pocas cosas más bonitas que unas pestañas mojadas, mientras te hablo.

Pero todo eso será sólo atrezzo. Entre tu mente y la mía habrá puentes recios, hombro con hombro, manos que se tocan. Así, desafiando a nuestras propias palabras, hablaremos de lo que significa estar solo. Nos miraremos, y en el meollo de la comunicación, sabremos reconocer que uno es uno y los demás, aproximaciones. Que la madurez es ir aceptando la soledad como una enfermedad que te acompaña hasta la tumba pero que no te mata, si te acuerdas de tomarte la medicina. Un material raro: un vacío que construye, ladrillos de aire para levantar la casa de uno mismo. Con mi soledad yo he sabido hacer: una manera de mirar arrebatada. Saberme insignificante y por tanto libre. El principio de que mi vida será valiosa por lo que sepa dar, más que por lo que de ella obtenga. Y la escritura.

Después te declararé mi admiración rendida ante los que no temen andar por el mundo sin asirse al brazo de otras personas. Los que viajan solos, van solos por el bosque, se atreven a criar solos; los que llegan a casa y están solos y a lo mejor les duele, pero no importa, porque los sentimientos no son tan significativos como lo que hacemos a partir de ellos, o a su costa.

Medio en broma, medio en serio, nos retaremos a hacer solas lo que nos asusta. Y mientras estemos en ello, nuestro puente seguirá siendo firme. La soledad, inevitable y a la vez inverosímil, esa cosa paradójica.

9 comentarios:

  1. Cualquiera que te lea no dejará de hacerlo y no será capaz de comprender el condicional de la frase primera.
    Porque quien te lee sabe que hay que leerte despacio y degustar las veces que sea necesario frases como que la soledad “es un vacío que construye, ladrillos de aire para levantar la casa de uno mismo”. Me la guardaré envuelta en un paño limpio y, en silencio, la dejaré libre enfrente de un mar turquesa.

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    1. Oh. No se puede imaginar mejor destino para una frase. Bueno, sí, que personas tan bonitas como tú se la queden y la hagan suya.

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  2. La soledad, esa cosa paradójica...
    La soledad, ese miedo y esa paz...
    Me sigue gustando como escribes...
    Un beso.

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    1. A mí me sigue gustando que me leas, porque es como hacer músculo contra los sentimientos de aislamiento.
      Otro grande para ti.

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    2. No se te puede escribir, mujer aislada... No tienes correo en el perfil... :(
      Más beso, sin competir por el tamaño. Solo un beso. :)

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    3. En el perfil, no, pero en la columna de la izquierda, arriba del todo, en la versión web....supongo que el buzón pasa un poco desapercibido.
      Otro!

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  3. "mi admiración rendida ante los que no temen andar por el mundo sin asirse al brazo de otras personas". Esto se me ha clavado.

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    1. A veces es que es complicado distinguir entre la compañía elegida y verdadera y unas muletas.

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  4. Me enganchan tus textos..cada vez que leo uno, no me conformo y .e atraco de ti...jijiji
    Prrrrimita linda!

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