jueves, 16 de julio de 2015

Ídola


Dice que su manera de vivir me da rabia. Que me exaspera. Que no puedo tolerar la manera en que se columpia en cada minuto. Eso no lo dice, pero yo lo leo así en una mirada que por detrás de la sorna me reta. No sé por qué tenemos las dos impresiones de esa calaña. Supongo que la competencia fraterna se aplaca con los años, pero nunca se erradica.

La miro desayunar una hora más tarde de lo que yo lo he hecho. Me he sentado en el brazo del sillón para que entienda bien que la espero. El olor de mi crema solar mezclándose con el de su huevo al plancha. Mastica mientras cambia los canales de la tele. Ha empezado ya el monólogo de las chicharras. Cuando me levanté la niebla seguía colgada de los árboles, como si alguien la hubiera puesto a secarse. Pues bien, ya han recogido la colada. Hay una falta de sombra preocupante. Es tarde. Tarde para decidir ir a Tarifa. Tarde para andar por caminos rurales en busca de un pedazo superviviente de río. Tarde para no tener nada planeado.

Ella mastica y me enseña las burbujitas perfectas que ha conseguido cuajar en la clara. Yo achino los ojos y le ordeno por fin, venga tía. Y echando un trago de café con una elegancia de geisha me dice que está de vacaciones y que no tiene prisa. Que se conforma con lo que quiera traerle el presente. Mira como si ella fuera una gurú perroflauta y yo una burguesa recalcitrante. Y entonces me suelta lo de la rabia. Como si su despreocupación fuera un logro que a mí, previsora y ansiosa, me irritara.

Se equivoca. Porque su aparente falta de necesidad de hacer a cada momento me admira. La facilidad con la que abre un ojo en la cama y vuelve a quedarse dormida, sin hacer caso del apremio de la mañana. Esa manera suya de repantigarse en cada minuto. Como si el tiempo fuera una hamaca.

A mí me maravilla todo eso. Lo envidio. Quiero apoderarme de ello como una urraca de las anillas de las latas. Para mí el tiempo es un látigo. Tengo en carne viva la espalda.

12 comentarios:

  1. Quizá sí sea verdad que la competencia entre hermanos no se erradica... pero a mí, la capacidad para el vagueo no me seduce.
    Un besín.

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    1. Pero no tenía nada que ver con vaguear, sino con estar contento sin apretar.
      Otro para ti.

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    2. Pero no tenía nada que ver con vaguear, sino con estar contento sin apretar.
      Otro para ti.

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  2. "Como si el tiempo fuera una hamaca". Loving you por eso y por el último párrafo.
    La actitud que describes, para mí, es la propia de los seres hacia los que nuestra especie debería evolucionar.
    Muá.

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    1. ¿A que sí? ¿Podremos echarnos un día una cañeja con esa Nada? ;)

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    2. Deberíamos... pero cuando surja, sin forzarlo... ;P
      Estándola ejercitando sin ningún esfuerzo, ya te digo que es buenísima compañera...
      Ah, rectifico, si hay que forzar la caña, se fuerza.

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  3. Debería estar prohibido tener prisa en vacaciones. Para ellas, el resto del año.

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    1. Mal. Castigada sin merienda. Eso es como decir que sólo se puede comer chocolate en domingo.

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  4. Anónimo entre comillas18 julio, 2015 22:30

    ¡Qué bueno! No tenemos arreglo...
    Me río al recordar que esta mañana me he echado una bronca -pequeña, tampoco hay que exagerar- por no dejar de llevarme a la carrera ni en sábado; pues nada, no me hago ni caso.

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    1. Si es que nos parecemos como las comillas del principio a las comillas del final. A un sanatorio vamos a irnos.

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  5. No me entendiste bien querida fratella. No es que me conforme con lo que el presente me ofrece, no es cuestión de conformismo.Lo que el presente me ofrece me hace feliz.Tengo la suerte de no sentir ese desasosiego que te daña la espalda, quizá por simple o vaga. Sigan ustedes que yo me bajo.

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    1. Hem, es que las palabras a veces son como el dibujito ese en el que unos ven a una moza elegante y otros a una vieja. Para mí conformarse es aceptar con esa alegría tuya lo que quiera traerte el día, es acoger; a ti a lo mejor te huele a zombi.
      Ese momento fue como si me dieras la mano para que también yo pudiera bajarme.

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