martes, 2 de diciembre de 2014

Track 6: No más ojalás

  No es mi voz favorita, pero....Oxala meu futuro aconteça

Lo sabemos, por desgracia. Lo hemos leído aquí y allá o sufrido en las propias carnes. Hemos sentido el deseo de tatuarnos un brazo para no olvidarlo: el apego y el dolor son primos hermanos. A lo mejor el segundo es hijo adoptado del primero. Lo sabemos: se empeñan en recordarlo los libros más o menos sagrados, las historias que no se conforman con happy endings, los abuelos que matan el tiempo haciendo palotes en los geriátricos. No debemos aferrarnos a lo que amamos. Porque vendrá la muerte, vendrán los vientos que vuelven del revés los paraguas, vendrán los cambios.

Pero, ¿cómo vamos a dejar de enamorarnos? ¿Cómo aprender a hacer equilibrios entre las ganas locas de cantar, y la cautela de no intentar retener lo cantado? Quisiéramos que este momento durase para siempre, pero cada estación de nuestro buen aprendizaje, cada lección de la madurez, nos impiden mirar adelante con ojos ávidos. Harán todo lo posible por evitar que la plenitud del ahora lance hacia el futuro sus tentáculos. No permitirán que nuestra felicidad dé abrazos al aire. Tendremos que saber cuándo pararnos.

Y si somos sensatos, nunca diremos ojalá, para que el miedo no entre por el mismo hueco que el deseo abre. Como la infección por una caries.

Pero ojalá estemos juntos y sanos muchos años.
Ojalá no se funda la luz dorada de una casa que, vista desde fuera, nos hace pensar que llevamos una vida de jerarcas.
Ojalá que esta madriguera sea siempre un proyecto en marcha.
Ojalá darnos calor sea nuestra ambición más loable.
Ojalá siempre haya un gato cerca que nos enseñe el derecho a ser acariciados.
Ojalá que la hierba no se olvide de seguir brotando.
Ojalá nada desmienta que cada libro es nuestra autobiografía. Ojalá sigamos confiando en sus mentiras.
Ojalá que las otras vidas posibles no nos dejen un sabor amargo.
Ojalá que ninguna otra cosa merezca la pena más que esto.
Ojalá que la pérdida y la ausencia no vengan a desvalijarnos.
Ojalá la palabra ojalá quede desterrada de nuestro vocabulario.
  

8 comentarios:

  1. Tú sí que sabes decir las cosas, amiguita.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú sí que sabes ablandar el maltrecho ego de una blogueras.
      Más para ti.

      Eliminar
  2. Anónimo entre comillas03 diciembre, 2014 23:19

    Ojalá que la tierra no te bese los pasos...canta Silvio Rodríguez, en una larga lista de "Ojalás"; aunque seguro que este muchacho no estará entre tus simpatías musicales (a estas alturas, creo que ya de casi nadie), merece la pena escuchársela.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La conozco, la canté cuando tocaba (los terribles años universitarios), la olvidé para siempre porque, efectivamente, mis simpatías musicales sólo me llevan a Cuba si es posible mover el culo con ellas. No la recordé en absoluto mientras escribía.

      Eliminar
  3. Ojalá sigamis leyendo posts tan bonicos como éste

    ResponderEliminar
  4. El "Ojalá" bien usado, no se dice: se exclama... o se entona, o algo asi. Es decir, no se usa de un modo completamente "racional" o utilitarista -lo cual denotaría que somos supersticiosos- sino como expresión de que, a pesar de lo tremendamente terrenos que somos, aún queda algún hilo de plata que nos une a nuestro pasado mágico. Un ojalá nunca debe asustarnos: ojalá lo usásemos con más frecuencia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, es que a mí "Ojalá" no deja de rimarme con fatalidad. Con lo que te empeñas en retener aunque no puedas controlarlo ni dejar de estar salvajemente expuesto al cambio. Con aferrarse desesperadamente y con el pánico a las pérdidas.

      Eliminar