miércoles, 23 de julio de 2014

Track 5: Quién prefiere quedarse y aguantar

Voy a hacerlo sin drama.

Cierra los ojos. Pronuncia mentalmente la palabra ahora. Abre los ojos de nuevo. El árbol número ciento veinte mil de este día acaba de ser derribado en la selva amazónica. El último microhábitat de una especie de escarabajo desaparece con él. ¿Cuánto tiempo tardaste en levantar los párpados? Suficiente para que en la cuenta de la evolución se dilapide un millón de años.

Parpadea otra vez.

Una gota de salfumán ha llegado hasta los huesos secretos de la cara de una mujer. Otra azotea se ha hecho harina en Gaza y está haciendo masa con siete cerebros humanos. Perdón, eran nueve: confundí a esos dos bebés tan pequeños con fardos de sábanas recién lavadas. Las redes que traban la textura del mundo siguen cruzándose de manera aleatoria y trágica. Las vacaciones a Bangkok de un peluquero de La Haya con absurdas disputas territoriales en Ucrania. El arañazo en la pantalla de tu smartphone y niños esclavos en una mina de coltán.

Hay más drama en el mundo del que un corazón puede aguantar. ¿Cómo voy a sumar yo en esa cuenta ni siquiera una parte infinitesimal?

Voy a hacerlo sin que me roa el remordimiento. No estoy matando nada. No abandono a nadie, ficticio o real. No creo tampoco que me traicione a mí misma, porque yo no soy exactamente esto. He hecho un ingente trabajo mental para no identificarme por completo con lo que se queda escrito. No pienso lamentarme por los hijos que no tendré ni por los pedazos de oscuridad que tal vez ya no alumbre.

Voy a hacerlo sin disculparme. He vacilado diez o cien veces. Las he confesado otras tantas. Qué le voy a hacer si la vida, gracias a dios, se empeña en seguir ciertas pautas. Si cada suceso fuera siempre inédito, si nada se repitiera, si cada cosa dicha fuera siempre original, nunca podríamos confiar en llegar a conocernos algún día.

Voy a hacerlo sin ser muy tajante. No quemaré mis naves. No voy a desmantelar todo este paisaje bloguero de la noche a la mañana. Me estoy quedando sin médula, pero quién sabe, tal vez mañana mismo me restablezca. Quizás entonces logre ver más clara que nunca la necesidad de la escritura. Ahora mismo, ahora (mientras las bombas y la devastación y el amor que se seca sin respuesta), yo no la siento. No hay quien intente conservar cada ola del mar a toda costa. Nada de lo que escriba me devolverá la consistencia real de lo vivido. Nada termina nunca de pasar, así que nada se pierde completamente. Intuyendo esto, seguir escribiendo la vida  al paso se parece bastante a embalsamar. Y repito: no hay necesidad. Ni para mí, ni para nadie más.

Voy a convencerme de que aferrarme a este blog es otra forma de codicia. Voy a tener que ir aprendiendo la técnica del punto final .

Pero antes quisiera pedir ayuda, y parecer una menesterosa me importa un carajo. Esta es una crisis de motivación: la vida es breve, el tiempo aprieta y las maneras de entregarse al instante abundan. Sé que tengo que rebuscar en mis propias entrañas para dar con esa necesidad que se me ha puesto en huelga. Pero si a alguien se le ocurriera alguna razón que me sirviese de muleta para seguir escribiendo ahora que he empezado a cojear un poquito, agradecería que me la dijera.


Banda sonora de este post

11 comentarios:

  1. Pues llámame egoísta, pero es que te voy a echar mucho de menos, con tu habilidad para hacer de lo más cotidiano, algo precioso, algo que me hace sonreír, que me emociona.
    No se me ocurre más que decirte.
    Mandarte un beso, quizá.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo sé que habrá quien piense que escribí este post para cosechar exactamente un tipo de comentarios como el que me has hecho tú. Que me aspen si eso es cierto, pero que me aspen el triple si dejo de reconocer que lo que me dices ha sido para mí mano de santo. Si te hago sonreír mínimamente, si te emociono a ti, de quien no conozco cara ni nombre...Entonces mi motivo eres tú.

      Eliminar
  2. A mi me encanta leerte, y, como diría Julio en un meme, LO SABES. Pero entiendo que este tipo de cosas han de hacerse para el disfrute. No te obligues con la frecuencia, no pasa nada... yo me seguiré metiendo en tu página almost every day y degustaré lo que haya, cuando lo haya.
    Hay que crear espacios en vacío para que entre lo nuevo... o lo mismo, pero con más ilusión.
    Yo también te mando abrazo gordo y mi deseo de que hagas lo que te diga el corazón.
    PD.: O... también puedes escribir en un blog clandestino y anónimo ;P... o dedicarte a la prosa culinario-viajera, o abordar un proyecto yoguicómico a cuatro manos...

    Loving you!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pretibonitis!! El corazón es la clave: de tanto seguir la inercia, se me encasquilló. Voy a tener que aprender a confiar en su sabiduría, yo que me obligué a verlo como un músculo flojo que tenía que ser domado con voluntad.

      Mi cuerpo serrano pide proyectos comunes Y LO SABES.

      Loof

      Eliminar
  3. Me uno al comentario de Laura. "Un blog clandestino". Escribir sin nadie que te conozca. Escribir lo que te salga del c... ¡del coño! ¡Si! ¿Que pasa? O hartarte de tener borradores, es mi caso, que nunca verán la luz. Que se quedan a mi merced. Para hacer un relato un día si las musas, esas putas que vienen a deshoras, se dignan tocarme la imaginación, o para recordar que hubo un día que fui feliz porque un niño se empeñó en que saltásemos en los charcos, o para recordar que hay amores escondidos entre facturas de la luz, o solo para saber que una vez eso me pasó a mi, o quise que me pasara, o...
    Bueno... ya iré leyendo, o no, el resultado. Lo importante es que disfrutes con lo que haces y me da que tú lo haces al escribir. Quizá ahora menos pero seguro que lo haces y lo volverás a hacer. Perder todo esto es un lástima y ya forma parte de tu vida. Guardarlo aquí o en otro lugar es decisión tuya pero, será que mi piso es pequeño y las nubes, blogs y correos me encanta para esconder secretos, este sitio parece tan bueno como el mejor de los cajones secretos de la habitación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. (Otra razón para seguir escribiendo, esta más egoista, es que me estoy quedando sin gente a la que seguir. Me da pereza mirar mas blogs y, exceptuando ocasiones que lo merecen mucho, en poco más me meto. No se que pasa que los blogs dejaron de estar de moda. Poco importa, es como las camisas estampadas, este año puedo volver a sacar a la calle aquellas que tenía a finales de los noventa.)

      Eliminar
    2. ¡Pero mira, Bubito, que lo pasado de moda está de moda! Ese debe ser el mandamiento número tres del Movimiento Hipster.

      Ando todavía tratando que el vello de mis brazos vuelva a su ser: eso que dices de " para recordar que hubo un día que fui feliz porque un niño se empeñó en que saltásemos en los charcos, o para recordar que hay amores escondidos entre facturas de la luz, o solo para saber que una vez eso me pasó a mi, o quise que me pasara, o..." Bueno, para qué poner más palabras mías: las tuyas me han conmovido. Es hermoso entender la escritura como una manera de ponerse uno mismo a buen recaudo, la felicidad pasada y resbaladiza, la belleza que nos da picotazos y nos inflama la piel y luego se aplaca.
      Y respecto al anonimato...bueno, ya escribo más o menos lo que me da la gana. La cuestión es hasta qué punto y cuan naturalmente me da. Ahí es donde me tengo que poner a estudiar. Porque tienes razón: me ha bastado apenas un día para Saber de manera Fehaciente que esto forma parte de mi vida. ¿Lo quiera o no?
      Lo quiero.
      Siempre gracias, que es una manera así como anticuada de decir "vuelve pronto".

      Eliminar
  4. Otra razón :Ayudar a ver el mundo con tus ojos, a los que tenemos menos habilidad para verlo, pero nos reconocemos en ello cuando tu lo describes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ese es otro buen motivo, sí, señor. Y una buena responsabilidad.

      Eliminar
  5. Yo no sé qué decir, salvo que te entiendo muy bien y que te quiero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo a ti mil ciento.
      Creo que sabiendo decir bien y libremente ese par de palabras, ya no se necesita saber mucho más. Supongo que buena parte de la literatura se basa en la incapacidad humana para decir honesta e inocentemente "quiéreme", "te quiero".

      Eliminar