Una moto me adelanta lo bastante cerca y
en un ángulo lo bastante agudo como para saber al instante que su
conductora daría mucho juego en Hermano Mayor. Es flaca, pero
a través de las mallas se le notan esos hoyitos que recuerdan a los
bigotes negros de los violines. Tiene en la nuca un tatuaje: una
corona muy, muy borbónica, y una leyenda perfectamente legible.
Mi Vida/Mis Reglas. Olé tu chocho, me dan ganas de bajar la
ventanilla y gritarle, mientras esperamos a que el semáforo se ponga
en verde para las dos. Al menos esa regla ajena sí la respeta. Quién
sabe, a lo mejor para alguien ejerce de verdadera Hermana Mayor.
Y, claro,viendo su tatuaje, quién no se
acuerda de la palabra que le da título a este post, por mucho que a
estas alturas resulte ya estomagante. Yo no pienso hablar del Hecho
Histórico En Cuestión. Por alguna causa que se me escapa, mi
entendimiento no logra traducir la actualidad a frases y párrafos
que considere dignos de ser escritos, primero, y luego de ser
publicados. No es que no me interese, es que raramente soy capaz de
convertirla en tema literario. Tal vez lo explique el hecho de que
generalizar me provoca urticaria.
Así que me abstendré de declarar
públicamente que la monarquía es una aberración. Que, si no fuera
porque tampoco consigo comprenderme como parte de una generalidad, mi
inteligencia se sentiría insultada por los que dicen que los
españoles necesitamos la figura de un rey-padrecito para mantener la
cohesión. Vamos, si la mujer que escucha la tele tras la pared que
roza mi almohada lleva sin salir a la calle como dos meses porque
está enferma y yo, ni con rey ni sin él, tengo idea de lo que le
pasa. Que se me escapa el pipí cuando escucho que el inmediato F-VI
está muy preparado, e inmediatamente echo un cálculo de lo que
Ryanair podría haber cobrado en concepto de peso académico
extra a todas las criaturitas que han tenido que marcharse de este
país medio huérfano para buscarse un trabajo.
No pienso manifestarme al respecto, no.
Mi cerebro se blinda a la hora de encontrar la fórmula para expresar
mi opinión. Por eso voy a hacer lo que suelo: llevar el tema a mi
parcelita de subjetividad. Abdicar...¿a mí que me dice? Pues que
para hacerlo hay que tener un buen par. Se precisa coraje para
desembarazarte del personaje que llevas siendo toda una vida.
Desengancharte de reglas que casi se han convertido en una
abstracción a fuerza de seguirlas. Explicar a los demás y a ti
mismo que, aunque hayas mudado de piel, seguirás respondiendo si alguien pronuncia tu
nombre. Comprenderte como algo más que
el maniquí al que hace tiempo le colocaste la peluca y los adornos de una
identidad.
Yo estoy esperando la primera señal de
decrepitud para dar ese paso. Tarde o temprano, sé que tendré que
abdicar de este blog. Es una corona que a veces me pesa, y que
acarrea un conjunto de reglas de las que me cuesta sentirme completamente responsable. Es otra de las ciencias que
me traje del viaje: cuando no estoy pendiente de que alguien me lea
es cuando logro recuperar mi soberanía. Al escribir pinceladas
inconexas en cuadernos de escritura bruta. Al desapegarme de mi
personaje de escritor en busca de súbditos. Al ser lo bastante
transparente como para reflejar la realidad sin necesidad de volcarla
en palabras bonitas.
Tarde o temprano, buscaré nuevas reglas
y me las tatuaré en la nuca.
Pero todavía no.
Coño, ¡qué susto me has dado...!
ResponderEliminarA mí también me parece una aberración que no voy a comentar públicamente eso de la necesidad de un rey y del superpreparado futuro rey y de esa niña que ya -lo quiera o no- empieza su carrera en la que recibirá la misma excelente preparación, (incluso militar, ¡bien!).
En lo que respecta a tu "corona", imagino que debe tener un peso enorme, pero para los que no vivimos suficientemente cerca de ti, sería imposible conocer cómo reflejas la realidad, si no la volcaras en estas líneas que nos regalas...
Cómor. Se me ponen cejas de Zapatero. Pues claro que vives cerca de mí, y que conoces cómo reflejo. Pienso yo de que.
EliminarJups, pues espero que tu reinado dure mucho tiempo, tita S.
ResponderEliminarAy, hija, voy a tener que celebrar referendum. A ver si me imitan.
EliminarTu blog/Tus reglas.
ResponderEliminarOle tu chocho!!
EliminarSí, ya séeee. Pero a que es una frase que mola mil?
Bien por Bubo.
ResponderEliminarEs un monstruer
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