jueves, 17 de abril de 2014

500


Voy sola por la calle chillona de flores y gente endomingada. Bajo este calor perfecto que alarga su golpe de estado y resuena en mis células como un organillo, poniéndolas a bailar un chotis todas juntas. Estoy a la vez muy cerca y muy lejos de tanto desconocido.

Miro su ropa primaveral bien planchada, todavía tímida y como fuera de lugar tras haber pasado el invierno en el armario o bajo la cama, oliendo ligeramente a naftalina. Estudio el trabajo de las manos: las que se agarran unas a otras, las que empujan un carro de niño o de desahuciado; las que sujetan la tarrina de helado como si ahí dentro llevaran la caja de Pandora del buen tiempo; las que acompañan como gaviotas el movimiento del cuerpo. Manos que no estrecharé y con las que no jugaré a saltar de nudillo en nudillo, como de piedra en piedra al cruzar un río. O a lo mejor sí, nunca se sabe. Mientras tanto, cojo a un desconocido, lo aprieto con la mirada como si fuera una uva caliente, y luego lo suelto. Las antenas de los sentidos en sintonía con el mundo, la piel sumisa ante el aire. En lo físico, estoy muy cerca de todos ellos.

Pero al tiempo voy pensando en lo mío, y eso me aleja. Un número muy grande y muy redondo se recorta en el primer plano de mi mente, y da vueltas y vueltas por ella. 500. ¡500! Quién iba a decirlo. Cargo con mi cifra por la calle llena de paseantes, como si fuera mi pequeño secreto. Como cuando vuelves de casa de alguien con las mejillas y el cuello encendidos y los labios tumefactos, y ninguna de las personas con las que te cruzas tiene ni idea de lo que ha estado haciendo tu cuerpo. 500 es el número que lleva colgado a la espalda este post, y si lo piensas bien, es un disparate de sentimiento y de tiempo, y si lo piensas un poco mejor, tampoco significa tanto. A veces pasa lo mismo cuando uno considera su edad. 10, 35, 53, 74...Cuánta vida resumida en un par de cifras, y qué poca información memorable.

¿Qué quiere decir entonces haber escrito tanto? ¿He llegado a algún sitio? ¿Ha cambiado de algún modo mi sustancia? Puede que sí. Tal vez esta cabezonería de cazar al vuelo la realidad mediante palabras me haya hecho más sólida. Me ha podido vacunar relativamente contra las maquinaciones del ego y la expectativa. Me ha hecho un poco de callo en ese lugar del cerebro donde uno espera que cada una de sus monerías sea atendida y aplaudida. Me ha obligado a amueblar un espacio en el que estar a gusto a solas. Vale que a lo mejor no he tenido una respuesta vistosa. No he hecho tantas migas ni creado tantos lazos como yo hubiera querido. Pero al menos he lanzado mis preguntas en un tono de voz más honesto y seguro del que al empezar me reconocía. Y ante todo, ha logrado que establezca un vínculo sutil con estos desconocidos que pasean junto a mí y sin mezclarse conmigo: estamos todos vivos de un modo a la vez único y semejante. Estaremos todos muertos en menos tiempo del necesario para que estas aceras sean recolonizadas por la hierba. Y eso, signifique lo que signifique, merece ser rescatado.

Podría enumerar todo esto, y seguir y seguir sumando los intereses de mi inversión. Pero podría reconocer también que después de todo lo escrito, me sigo enfrentando a una primera frase con el mismo ánimo trémulo y el mismo espíritu de tanteo que cuando empecé mi primer post. La persona que escribe ha tenido que ser quinientas veces parida, y quinientas veces ha tenido que empezar desde cero. Quinientos post, como los veinte años del tango, no son nada. Pero yo espero seguir temblando y tanteando con ello.

6 comentarios:

  1. Quinientas veces te he leído.
    Con las mismas ganas que seguiré haciendolo.
    Besos.

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  2. Enhorabuena!!!.
    Mis ojitos estarán dispuestos para las siguientes quinientas.
    Un abrazo!

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  3. Te leemos más de los que tú crees. A mí siempre me deslumbras y me desarmas. Tanto, que casi nunca soy capaz de comentar, como si me quedara resacoso cuando acabo de leerte. ¡Con lo que cuesta escribir, aunque sea mal! Felicidades, y sigue sacando oro de todos sitios, como hasta ahora. (Manolo en ordenador prestado.)

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    1. Mas matao, Manué.
      Y menos mal que acabo de programar el post para mañana (502!), porque después de esto ya no puedo decir más.
      ¿Escribir mal? ¿Por el que firma lo dices? Jua jua jua.

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  4. Anónimo entre comillas20 abril, 2014 23:12

    Por razones que ignoro, a mi mente le cuesta pensar en números, entenderse con las cifras, pero eso no impide que te felicite por haber llegado hasta aquí, y por el post anterior y por el siguiente, porque como dicen por aquí arriba: "¡Con lo que cuesta escribir...!"

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