sábado, 14 de diciembre de 2013

Más gratitud

 
Probablemente este post ya lo he escrito. Quizás continúe alguna lista ya publicada justo donde mi escaso autocontrol me hizo entonces dejarlo. Quizás hasta me repita. Sé que no es nada profesional por mi parte, pero no voy a comprobarlo. Las reincidencias y repeticiones contienen también un mensaje. Todos los días escoges de modo automático la misma acera de la calle para ir al trabajo. ¿Hábito? Claro; pero al principio hubo una elección dictada por tu lógica interna y tus intereses, y luego una afirmación. Tus repeticiones informan de tus valores y tus manías, y una de las que a mí me determinan es la de mostrarme agradecida. Así que me importa poco si por aquí ya se ha visto algún que otro compendio de mis reverencias. Si lo hay, yo he seguido celebrando Acción de Gracias todos los días desde entonces.

Por eso, gracias a la panadera que alegró nuestros desayunos hasta el mismo día en que la panificadora llegó a nuestras vidas. Gracias por contarme sus trucos para que la miga quede esponjosa y la masa madre, infalible, aunque eso sabotee su negocio.

Gracias a la levadura. Parece un milagro que cosas tan sosas a la vista como el agua o la harina sean transformadas por ella en una intrincada arquitectura de aire.

Gracias por la chirimoya a la evolución y a los climas de Sudamérica.

Gracias, no sé si a la genética o a la disciplina, por mi barriga plana y suavita.

Gracias al esmalte de uñas nº 610 Rebel Blue de L'Oréal. En el mínimo lapsus en que estoy sin calcetines a lo largo del día, descubro unos pies de revista.

Gracias a diciembre. No es verano, pero tampoco es el invierno impío; recibo regalos de cumpleaños, y a lo mejor tengo hasta la suerte de tener más días libres que laborables.

Gracias a la caída de las hojas por hacer de la ciudad un lugar mucho más delicado y susurrante. Gracias a la espuma dorada de las copas del Ginkgo biloba.

Había una luz prodigiosa. Unos niños tirándose montones de hojas. Un aire de haiku.


Gracias, mil gracias, Arcade Fire, por publicar el disco más condenadamente bueno del año.

Gracias a los ventanales de la oficina y del gimnasio, por hacerme sentir cuidada como una orquídea de invernadero. Como si tecleara un informe o compusiera una postura de yoga sentada en el mismo aire tibio, rodeada de toda esa cantidad de reflejos que añaden volumen y riqueza a la habitación.

Gracias a los señores muy viejos con sombrero. A veces coincido con alguno por el Paseo del Salón, y casi afino el oído para escuchar el pregón de un vendedor de barquillos o el tintineo de un coche tirado por mulos.

Gracias por la lavadora y el agua tan sumisa en su grifo, dispuesta a servirme en cuanto me levanto.

Gracias a la fotosíntesis. Con qué mutismo, con qué escasa autocomplacencia conspiran las plantas para convertir una estrella en carne y oxígeno.

Gracias a las cápsulas con extracto de helecho que están contribuyendo a que mi cerebro y mi piel atraviesen ahora un periodo de guerra fría tolerable.

Gracias por las puntas heladas de las orejas felinas. Uno de esos disimulados rincones donde se refugia el amor.

Gracias a los semáforos y al resto de códigos que la gente comparte de manera casi inconsciente, por conseguir que el mundo no se desordene un poco más todavía.

Gracias por el olor de los membrillos.

Gracias si hay alguien que me eche de menos.

Gracias a la coreografía complejísima que opera entre los órganos y los fluidos de mi cuerpo.

Gracias a los que no me quisieron, por ayudarme a entender que no los necesitaba tanto para evaluar mi valía.

Gracias a los que sonríen con todo la cara. De todo corazón a los que lo hacen achinando los ojos.

Gracias a ti que me lees. Mil gracias, si te atreves a dejar por aquí una muestra de lo que despierta tu gratitud.

13 comentarios:

  1. Gracias al sol que, en las mañanas,mientras desayuno, realiza el milagro de encender los árboles del huerto.

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    1. Lo he visto, y pasa así, de repente, como si dios o sucedáneos hubiera chasqueado los dedos.

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  2. Gracias a ti por repetirte ;)
    Gracias a Internet por ser esta ventanita al mundo tan curiosa...

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    1. Llámalo reincidir. O estar segura de mi suerte. Otro guiño!
      Internet es la pera. Lástima que se ría de mala manera de la mortalidad.

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  3. Gracias a ti, por escribir tan bonito.

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    1. Gracias a Gordi por hacer de la blogocosi un lugar más sensato a la par que fiestero.

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    1. Poner aquí una carita sonrojosa del guasap. Nunca he ido a tuite. Poner aquí la carita de Calimero.

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  5. Gracias por las personas que hacen de lo cotidiano un tesoro.
    Como tú.

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    1. ¿Pues sabes tú que podría usar eso de " Haciendo de lo cotidiano un tesoro " como subtítulo del blos?

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    2. Se me ha ido el dedo publicador antes de tiempo. Me faltaba decir que pago royaltis. Y que gracias por tu calidez incansable. Y que mi hermana va a decir que la última frase del post era en realidad un truquito para darme pisto.

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  6. Pues en muchas ocasiones agradezco lo que haya pasado en el día, sea lo que sea.
    Muuuas

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    1. Es verdad. Se nos olvida bastante dar gracias porque nos sigan pasando cosas. O por estar. Besos de gratitut.

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