jueves, 21 de marzo de 2013

Esto (el resurgir de una etiqueta)

 
La lana empieza a intuir que pronto será desterrada de la ciudad. El calendario se alinea de forma benevolente con la edad que cada uno cree tener en su interior. Y en las ramas desnudas y en los troncos casi se puede escuchar un jaleo tenso de savia parecido al de las puertas cerradas del Corte Inglés, el primer día de rebajas. El arranque de la primavera es un tópico, un almibarado y necesario tópico que me sirve de excusa para resucitar una etiqueta, la de las Metatonterías, que hace tiempo me empezó a resultar sospechosa. Escribir sobre el propio acto de la escritura, con ser una propensión maníaca propia de los que nos dedicamos con más o menos furia a esto, no deja de ser tampoco una demostración de autocomplacencia. Mamá, mira lo que hago, parece que gritamos, cada vez que nos dejamos arrastrar por la perplejidad, o el embeleso, o la vanidad de nuestra propia dedicación (¡y hasta hablo en plural, mamá!). Cuando en realidad no es raro que, mientras escribimos de que escribimos, o de por qué y cómo y contra qué y para qué escribimos, nos asalte la sospecha de que no estamos sólo celebrando el milagro, sino también disimulando que ese día la atención consciente o la inventiva andan cortas de existencias. La metaliteratura es justificación, y vive puerta con puerta con el onanismo. Y, sin embargo, qué demonios. Qué viva el amor propio. Mamá, yo he venido aquí a hablar de mi blog.

Hace unas entradas hice una alusión de pasada a lo que esta criaturita mía no es. Es algo que tengo bastante claro. No es una cátedra desde la que pontifico sobre una especialidad en particular. No es un púlpito para ningún credo. No es un escaparate, aunque a veces puede que me exhiba un poco. No es un confesionario. En cambio, me cuesta más definir lo que es este blog. No es enteramente yo, ni es un espejo nítido y fiel del ser humano que soy. En mí hay mucho más desorden, más ruido, más desconcentración, puñados de nebulosas, automatismos, embriones de sensación que a veces nacen y a veces se quedan en abortos.

Podría decir que esto es una especie de plagio algo retocado de mí misma. Un extracto puesto en orden de mi propia experiencia. De las cosas que aprendí y sigo aprendiendo. De las instrucciones que me voy dando para vivir cada vez con más soltura. De mi deambular. De mucho de lo que me aprieta la garganta o me masajea los tobillos. De trastos de anticuario. De cicatrices y paisajes. De manías. De chorradas. De todos los planos de luz, y todos los asombros, y toda la belleza aguda que voy recolectando y que tengo que compartir, porque a veces duele tener tanto, y porque a lo mejor queda alguien que necesita ejemplos concretos y detalles para darse cuenta de la cosa inconcebible que es estar vivo, y tener un par de ojos y un par de piernas, y la capacidad para reconocer los nombres de las cosas.

Aunque sepa que cualquiera podría echarme en cara que mi experiencia no es tan interesante ni mucho menos tan decisiva como quizás yo me crea (no porque viva mi vida como un marmolillo mediocre, sino porque nadie es en realidad tan fundamental para nadie) a mí me colma regalarla. Tengo una conciencia aguda del amor y del absurdo y de la suerte. He conocido la decepción. Me he dejado colonizar por la soledad. Conozco unos cuantos sobrenombres para el desamparo. He estado aletargada. Me ha devorado la pena. He intuido que la vida es un timo de la estampita. El dolor me ha dejado muda. Quiero, he querido, no he sido capaz de querer, me han dejado de querer, no me han correspondido. Voy tirando. Voy aprendiendo. Voy bailando. Me gustan los juegos. Siempre quiero mejorarme. Me adiestro. Me educo. Compito conmigo misma. A veces me daba miedo pensar que carecía de dirección. Muchas más intenté olvidar el hecho de que, por muy abultada que esté nuestra agenda de contactos, vivimos solos, y moriremos en una soledad tan vasta como para aniquilar las palabras. Pero siempre seré un animal gregario. Siempre querré volver a sentirme en comunión con otras personas. Siempre querré sentirme menos sola.

Y lo más seguro es que a ti te pase lo mismo. Cómo no, si todos venimos al mundo con esa programación de serie. A lo mejor te sigue picando un enamoramiento que no llegó a resolverse hace mil años. O vas por la calle, y el juego de reflejos en los escaparates de las tiendas de repente te parece lo más bonito que has visto en tu vida. O tienes una espina clavada en la garganta, y no sabes cómo sacarla. O sientes una masa en el pecho que no logras nombrar. A lo mejor te gusta reunir pruebas de que lo que a ti te pasa le pasa también a todo el mundo. A lo mejor simplemente te gusta comer acompañado.

A mí me pasa, y por esa razón leo, y por eso también escribo. Porque me gusta compartir mi mesa: abrir mi casa, servir una comida preparada con todo el amor y toda la atención de los que soy capaz, compartir un rato de comprensión y juerga con mis amigos. Y así es como me gusta entender este blog. Como una oportunidad para brindar hospitalidad.

8 comentarios:

  1. Siiiiiiiiii. Me supergusta tu blog. Me rio un monton, me rescata de mi propio amaneramiento y me recuerda diariamente lo linda que eres.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y tú, sin necesidad de blogues y diretes, me supergustas a mí.Ele.

      Eliminar
  2. Anónimo entre comillas23 marzo, 2013 23:06

    Siiiiiiii. Me supergusta tu blog...
    Es un placer compartir esta comida que preparas con todo el amor y toda la atención de la que eres capaz, aunque tengamos que ver que hay personas que no saben digerir alimentos a los que no están acostumbrados. Pobrecillos.
    Podría pedir a nuestra querida artesana que me bordara, con su primoroso punto de cruz, la parte del párrafo 4º que va desde: "Tengo una conciencia aguda..." hasta "Siempre querré sentirme menos sola." y tenerlo como bandera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Le iban a salir callos (más) a nuestra pobrecita. Si quieres te hago un cartel. Recuerda que me he hecho una experta del cutrecartel.

      Tú también me supergustas infinito, y el cielo sabe que no es pasteleo.

      Eliminar
  3. A esto es a lo que me refiero siempre.
    Se te da muy bien, cariño, se te da muy bien. Me gusta que compartas tu punto de vista, aunque sea tuyo y particular y te pueda parecer poco importante.

    Un besito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ni más ni menos interesante que el de cualquier Homo sapiens. Con la excepción, quizás, del Dalai Lama.

      Un beso todavía más gordo por seguir ahí a pesar del cerrojazo.

      Eliminar
  4. Me repito más que el ajo-lo sé-, pero es que no se me ocurre decir otra cosa:¡Me ha encantado este post!.
    Gracias por proporcionarnos tan buenos ratos.

    ResponderEliminar
  5. Qué guapérrima estás en la foto. Me gustan tus comidas con ajo!

    ResponderEliminar