sábado, 23 de febrero de 2013

Oh-dios-mío


En estado de shock me hallo, todavía. Con las manos agarrotadas cual Nosferatu. Que nadie se lleve a engaño con este idiomilla amanerado. Estoy consternada. Mi portátil. Ohdiosmío. Tantos días cargándolo alegremente bajo el sobaco, camino de mi refugio en el dormitorio. Tantas miguitas, tantas de mis dolientes células epidérmicas bajo sus teclas. Tanta huella profundamente enamorada del acto de la escritura. El portátil que vino a restaurar la paz cibernética a mi hogar. Ohdiosmío. Por qué no nacería yo en la Edad de los Metales. Sin objetos desesperadamente frágiles a mi alrededor (Mejor en la Edad de Piedra. No quiero ni pensar lo que podrían hacer mis manos con tanta fíbula y tanto machete a mi disposición). Sin placas base radicalmente abstemias. Quién iba a pensar que una anodina infusión de manzana y canela podría llegar a ser tan dañina. Malditos hábitos saludables. Seguro que una buena, una confiable taza de café con leche no hubiese armado tanto estropicio.

¿A saber? Antes de someterlo a un coma inducido, mi teclado había dejado de pronunciar las letras w, e, r, t, d, f, k. Que tampoco es que sean los pilares de la literatura contemporánea, la verdad. Seguro que el Quijot se entendería igual que el Quijote. Y Hamlt podría seguir cuestionándose si sr o no sr. Pero es que la escritura abreviada a mí no me va. Cada vez que me como algún carácter al escribir un msm (huy, perdón, un whataspp), me siento medio culpable. Y esos jueguecitos llamados lipogramas

(Del gr. λείπειν, abandonar, y -grama).
  1. m. Texto en el que se omiten deliberadamente todas las voces que contienen determinada letra o grupo de letras.


me tocan de mala manera la moral. Y es mi portátil. Mi portátil. El siamés sobrevenido de mis falanges. Rezumo un apego insano hacia ese cacharro. Creo que esta tarde, en paralelo al Desastre del Teclado, han quedado ahogadas en mi cerebro las neuronas que a partir de marzo iban a convertirme en una esmerada discípula del yoga. Que me he convertido en un caso perdido para el budismo. Irrecuperable. ¿Como mi portátil? Ohdiosmío.

Y aquí se va a quedar la narración de esta tragedia. Me parece escuchar unos pasos furibundos acercándose al piso, desde el descansillo comunitario. Unas llaves salen de un bolsillo. La cerradura girará en breve. Rápido. Tengo que alejarme de este otro ordenador, todavía intacto, con el que estoy contrabandeando las líneas que leéis. Su dueño no me dijo que no pudiera cogerlo, al marcharse. Todo lo contrario. Me animó a utilizarlo, con un filo de navaja albaceteña en la voz. Pero en sus ojos pude leer claramente lo que sigue: ahora mismo me voy a pedir una orden de alejamiento al juzgado más cercano. Como te acerques a menos de cinco metros de mi ordenador, te meto un puro, torpe de los cojones.

Así que actúa todo lo rápido que tus complejos físicos triunfalmente reactivados te permitan, Silvia. Dale al off. Pon cara compungida. Y vete a meditar a oscuras, sin un mal cojín bajo las nalgas, como penitencia. A ver si adivinas de una vez si lo tuyo es o no normal.

8 comentarios:

  1. Tranquila,tronca,cosas de esas nos suelen pasar a todos,¿nunca te he contado el estreno que le dí yo a mi Thermomix?,con medio litro de nata?¿y a los dos dias siguientes,con la vitroceramica?,me dije de todo,pero luego pensé que eso tenia solución y no merecia la pena cabrearse por algo que ya ha pasado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya estoy dejando de hacer pucheros. Ahora toca la acción: mañana llevaré mi cacharro al hospital y esperaré como una buena madre lo que me traiga la providencia

      Eliminar
  2. Todos la hemos liado parda en algún momento de nuestra existencia con un ordenador o un móvil, no?
    Ánimos muchacha, espero que se recupere si el recuperable y si no... que descanse en paz.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que mi lista de líos pardos da para un post largo. Lo tendré en cuenta para días de sequía.
      Gracias por los ánimos, guapa.

      Eliminar
  3. Bueno, no hay mal que por bien...etc, etc. Lo que a tí costó un berrinche, a nosotros nos ha dado para unas risillas.Por el post digo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, podría escribir el siguiente manual: "De los valores terapéuticos del melodrama".

      Eliminar
  4. Hija mia, como decía mi madre:"Que se coforme Dios con esto hoy".
    Besicos.

    ResponderEliminar