domingo, 1 de abril de 2012

Un mes de fotos


Hoy os traigo el resumen de aquella tontería del Photo a day Challenge  en la que me embarqué hace un mes. La cosa consiste en hacer una foto al día, siguiendo un esquema marcado por no me acuerdo qué bloguera, de entre las de más de cien mil visitas al día.

Aquí, el esquema. Podría haber sido un poquito creativa y haber diseñado el mío propio, porque, no es por faltar, pero este es un poco chorra. Pero no hay que darle tanto jabón al ego.
 

Un post de lo más intrascendente, como veréis. No me pienso disculpar. Estoy tuerta y, además, hoy he corrido por primera vez en veinte años. Estoy intoxicada de endorfinas, y ese no es el mejor talante para ponerse a escribir algo con sustancia. Sin embargo, quiero aclarar dos aspectos terapéuticos de este pueril proyecto.

En primer lugar, el hecho de que de él haya resultado una carpeta con treinta y una fotos tiene el efecto psicológico de ensanchar el tiempo. Miro las fotos, y me doy cuenta de que este mes de marzo recién enterrado ha sido algo concreto, que ha vivido y ha dejado un esqueleto. En marzo han pasado cosas, o no ha pasado nada en absoluto, nada reseñable, me refiero, aparte de la borrosidad de mi mirada. Pero eso no importa. Marzo no se ha ido al limbo del tiempo que se amontona como cemento. Marzo, gracias a unas estúpidas fotos, se ha estirado. Ahora me parece como si hubiera durado el doble de días.

En segundo lugar, me ha obligado a mirar y a requetemirar mi cotidianidad. Algunas categorías del esquema eran lo bastante genéricas como para abarcar un buen puñado de motivos posibles a la hora de fotografiar. Luz, mañana, color... Hay cientos de pretextos para sacar la cámara de su funda, y cientos de perspectivas. Hay exuberancia en todos esos días que parece que no van a ningún lado. Hay riqueza en las calles sordomudas, y en el espacio ignorado de una casa. Hacer una foto concreta al día, durante un mes, además de fijar la propia voluntad, abre y limpia la mirada. Barre la mugre del hábito.

Qué chiquitas salen! Si algún pervertido quiere ampliaciones, puede solicitarlas en los comentarios.

1. Yo: esta es la primera foto de la historia que me he hecho con la cámara del ordenador. Arcaica que es una. Eso explica su borrosidad. ¿Una premonición? Veo la foto, y me doy cuenta de que sí han pasado cosas en marzo: se fue el frío extremo, y me corté el pelo. El ciclo de las estaciones, y tal.
2. Desayuno: un mejunje de avena, fresas, mango, nueces y yogur, con una taza de té verde para pasarlo todo por los nudos de mi anteriormente estresada garganta. Se ve que ese fue uno de los días en que me levanto divina como una bloguera americana, porque a mí lo que me va de verdad es el café, el aceite, el jamón y el queso con membrillo. (Sin tostadas no hay paraíso, compañeras paleolíticas)
3. Algo que adoro: ¡cuántas posibilidades tenía a mi disposición ese día! No sé por qué carezco por completo de temperamento religioso, con la de cosas que adoro. Por ejemplo, la luz que hay bajo las copa de los quejigos. Vale, me repito más que el ajo.
4. Buzón: qué chorrada de categoría, por favor. Podría haberla cambiado por “antena parabólica”, “chuleta” o “tienda de ortopedia”. Aunque fue un reto: encontrar buzones se ha vuelto una tarea ardua. Este está en una de las calles que más me gustan de Granada, sólo porque está escondida en un barrio horrendo. Como si fuera una reserva jurásica.
5. Algo que llevé puesto: pero, cómo, el programa que engatusa y pega las fotos me ha recortado mis Converse azules, que eran la gracia del look del día.
6. Me hace reír: las orejas peludas. Parto pecho.
7. Favorito: otra de esas categorías de manga ancha que te pone los ojos redondos nada más empezar el día. Esa pequeña falsificación de un cuadro de Van Gogh es la vista desde mi balcón en la noche recién nacida. Amo cuando el cielo se pone de color tinta china Pelikan.
8. Mi cielo: podría haber hecho una foto de mi churri, pero no soy la Pantoja. Ese día tuve suerte. Vistas así alegran la tarde en la oficina.
9. Rutina diaria: no soy Homo sapiens hasta que no me paso un algodoncito mojado en limpiador por la cara, y me echo mi crema y mi antiojeras. A pesar de la evidencia, sigo teniendo fe en que amortiguarán el curso de los días.
10. Infancia: hice mil fotos de niños aquel sábado en la Plaza Bib Rambla. Tuve que parar por miedo a que algún padre se le pasara por la cabeza la palabra "pederastia".
11. Donde duermo: cuando voy a Estepona. Una camita de oso de cuento, y una pared a través de la cual Jose y yo nos hacemos señales al despertar. Somos asín de cursis.
12. Primer plano: una de las cosas más hermosas que puede contemplar un ojo humano es la coreografía helicoidal que despliegan las hojas recién nacidas de los helechos. Chin pon.
13. En mi bolso: calderilla, móvil, las gafas de sol más duraderas de la Historia, una cajita metálica de vaselina, pastillas del Dr. Andreu, y pastillas para la alergia (marzo...), un lapicito del Ikea, que nunca se sabe, y tres toneladas de papel, con las que podría ganarme un sobresueldo en el mercado del reciclaje.
14. Algo que estaba leyendo: relatos de A.M. Homes y un ensayo sobre el silencio, del que no parece que haya sacado mucho provecho. Aunque por entonces estaba abducida por la guía de los Alcornocales.
15. Felicidad: es la vista del Paseo del Salón alrededor de las tres de la tarde, cuando vengo andando del trabajo, y estoy a punto de darme a la herbivoría salvaje con las plantas de los parterres.
16. Mañana: las camitas gemelas revueltas, después del desayuno. ¿os acordáis de mi playa privada?
17. Agua: vale, no me quebré mucho la cabeza. En Granada, para mi mal, no hay mar. Ese día había una bruma antifotogénica a la altura de Sierra Nevada, y la foto del espejo de mi cuarto de baño, borroso de vaho, resultó indescifrable.
18. Algo que compré: descubrí que han abierto una sucursal de Kiko en Granada, y se me fue la olla. Las dependientas del Kiko, qué secta. Se apoderaron de mi alma. No enumero la lista de la compra porque me da vergüenza. Estoy en terapia de recuperación.
19. Dulce: la luz que entra por la mañana en mi casa. Yo pongo mi cabecita en el cojín soleado, y lo que leo me alimenta.
20. Alguien a quien amo: ahora sí.
21. Reflejo: la vida está abarrotada de ellos. Como estaba saturada, elegí el que tenía más a mano: el reflejo del barrio del Barranco del Abogado en los sucios cristales de mi balcón.
22. Mis zapatos: los botines del amor que combinan con falda y pantalón. En realidad, esas medias que llevaba no son exactamente de color pitufo. Es hipercomplicado hacerse una foto a los pies de uno. Qué marginales, los pobres.
23. Algo viejo: unos preciosos sujetadores de encaje que parecen recién sacados de la Belle Epoque. Aquella en la que toda yo era turgencia, y me podía permitir sujetadores sexys sin relleno.
24. Placer culpable: sin comentarios. Acepto comisiones por publicidad, señores suizos de Lindt. El chocolate con escamas de sal liberará al mundo del sufrimiento.
25. Algo que hice: canelones rellenos de espinacas y queso ricotta, con crema de calabaza. Después me hice la ola.
26. Color: foto doble. Tengo la rojez en mi alma. Me pinto los labios con uno de mis productos Kiko hasta cuando voy en pijama. Y cómo he podido tardar tanto tiempo en descubrir que mis uñas nacieron con vocación roja. En semejante estado, quién va al vivero, y no compra geranios rojos para inaugurar la primavera.
27. Almuerzo: tajine de verduras con huevo escalfado. Cosas que puedo comer cuando Don Tragapán no está en casa.
28. Luz: me aprendí de cabo a rabo el mecanismo milagroso de la fotosíntesis, como si fuera una novela, y ya no me acuerdo de nada. Lo cual redobla el milagro.
29. Dentro de mi nevera: mucha verdura y mucho queso. Exceso de color naranja. Organización hippie. Pisto de mamá. Menos mal que no pedían la foto del congelador. Qué mito hubiera caído.
30. Naturaleza: una charca en medio del olivar más estéril. El edén en la cabeza de un alfiler.
31. Yo, otra vez: mi ojo malo. Borroso. Somnoliento. Vago.

1 comentario:

  1. Anónimo entre comillas02 abril, 2012 22:28

    Ay, acabo de darme cuenta de que no te he dao un toquecillo pá ver cómo estaba tu mal de ojo. ¡Menuda tía! Ya sé que este no es el medio idóneo, pero...como parece que no vienes pa "casita pueblo" te llamo mañana y me das más detalles.
    Tu experimento. La idea me encanta y el resultado también: fotos y comentarios, pero ahí va una crítica al, digamos, formato del conjunto. Es incomodísimo. Podías haberlo repartido en dos o tres entregas; no sé sin con eso podrías haber sacado las fotos más grandecicas o no, porque así se ven poco -ya lo adviertes, lo sé- pero sobre todo es que hay que subir y bajar constantemente para unir foto y explicación. Reconozco avergonzándome -no mucho- que hasta que me he dado cuenta de que la lista en inglés, ejem, coincidía con los títulos que tú habías puesto a cada comentario, además de lo dicho, subía también para ver los títulos de la colorida lista...

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