martes, 8 de noviembre de 2011

Lo que yo sé


“En aquel cuarto tomé la decisión de escribir un cuento sobre cada cosa que me fuera familiar. Tenía esa intención presente siempre que escribía, y me daba una disciplina buena y severa”
“¿Qué conocía yo mejor, y qué tenía para mí más importancia?”

(París era una fiesta, del amigo Hemingway. Es la primera cita del blog, así que no os quejéis. Y sí, me está persuadiendo bastante).

No se puede ir una a la cama con un libro-Molotov, buscando quedarse frita cuanto antes para poder levantarse a las 06:40 rebosando atractivo y amor por el prójimo. Para eso, mejor conformarse con un debate electoral (suponiendo que eso no agote lo que a una le queda de amor por el prójimo, a estas alturas de la legislatura). Pues esta una que les escribe es lo que hizo ayer. Cuando apagué la lamparilla, haciendo los guiños que le he copiado al inefable Rajoy, creía que el sueño y yo íbamos a ser una misma cosa en 0'01 instantes. Pero entonces la frase estalló. Pum. Y, de repente, palabras en llamas por todas partes, y escombros de mi propia seguridad.
Escribir sobre lo que se conoce mejor... Esto... ¿Hay algo que yo conozca tan profundamente como para que mi corazón se ponga a hablar entre aleteos, no mi cerebro, ni mis manos adiestradas? ¿Algo que, a lo bruto, se pueda considerar materia de relato? Yo no he conducido una ambulancia en ninguna guerra. No me acostado con cuatro tíos en la misma noche. Mi mejor amigo de la infancia no murió electrocutado a los siete años. ¿Qué me resulta familiar, si es más bien todo lo contrario, si cada vez me parece todo más raro? Si no se me ocurre nada en lo que no sea una novata.
A veces la duermevela es impía. Hay un montón de ideas mugrientas que aprovechan el momento en que tú estás a punto de meterte el pulgar en la boca para parasitar tu mente. Es preciso hacerse fuerte frente a ellas. Así que, Silvia, no lloriquees, tiene que haber algo. No estás muerta. No estás ciega. ¿Qué mierda es esa de que todo es cada vez más raro? ¿Eres existencialista, acaso? Tiene que haber algo de lo que puedas dejar constancia. Aunque en el escaparate resulte minúsculo y nadie quiera comprarlo. A ver, dime algo que sepas.

Mmm, pues yo sé acerca de los gallipatos. Vale, no tengo un doctorado sobre ellos. No me sé su ciclo biológico al dedillo ni la variabilidad de su fisonomía a lo largo y ancho de la Región Holártica. Sólo sé que son tan simpáticos como su nombre, y que, dentro de las charcas en las que viven, parecen personitas. Asómate al agua. Sí, huele a mierda de cabra, y su color horripila, pero es que los gallipatos son así de poco exigentes. ¿No ves eso que se mueve a unos cinco centímetros de la superficie? Ya sé que el agua está espesa. Eso que parece como un renacuajo grande. Mira, mira cómo deja de nadar y se queda parado. ¿A que parece que te está mirando a los ojos? Es que son muy curiosos. Y un poco presumidos, ¿no ves, cómo se zambulle, y vuelve a asomar, y se pone boca arriba, y hace cabriolas? El circo del gallipato en su charca pestilente. A mí me gustan, en particular, esos ojos que parecen botones diminutos a punto de caerse, y las manitas. Parecen una especie de experimento antediluviano cuya línea evolutiva no prosperó. Yo los miro, yo creo que ellos me miran. Inevitable acordarse del axolotle de Cortázar.

No es pa 'comérselo? (Lo he sacado de aquí)

Y sé que no hay lugar más bello en el mundo que la luz verde que queda bajo la copa recién brotada de un quejigo andaluz (antes de que me llamen aberchale, les aclaro que ése es uno de los nombres vulgares del árbol llamado Quercus canariensis). Es uno de esos lugares donde se detiene la cháchara continua de uno con uno mismo, y donde uno se siente mejor persona, o mejor animal. Donde todo te arropa y te canta.

Ése es el quejigo, para los no iniciados.

Sé lo que es andar por las calles con hambre de contacto humano. Sé lo que es estar sola, y flaquear, y pasear bajo un paraguas por un pueblo desierto y no tener por qué disimular las lágrimas, porque no hay nadie que se acerque lo suficiente como para verlas. Y sé lo que es estar sola y en la gloria.

Conozco el júbilo de ver crecer las cosas: el jazmín, claro, y el bizcocho dentro del horno, y las cosas que vamos comprando a medias, y tu ropa hacinada con la mía en el armario, y las páginas de este blog.

Conozco la tristeza de no haber podido conocer el mundo de cuando mis padres eran críos. Un mundo de huertas y de cal. Sin paseo marítimo, ni pisos con paredes de papel, ni escándalo de coches.

También sé lo que es sentirse ridícula por culpa de un amor humillado. Sé que lo peor no es el rechazo, sino saber que ese amor que nadie quiere te lo has inventado. Sé lo que es rebuscar por todos los rincones de tu corazón, y darte cuenta de que la calderilla que has reunido no da para pagar, ni por asomo, el cariño que estás recibiendo de otro. Sé lo que es querer abalanzarte sobre la persona equivocada.

Sé lo que es contemplar el Peñón de Gibraltar desde una distancia de cuarenta kilómetros, difuminado por las brumas del Levante, todo rosa, e imaginar que allí vive todavía una raza de semidioses. Sé lo que es haber llegado en barco a un lugar inverosímil como la isla de Korçula, en Croacia.

Korçula desde el mar

Sé lo que es tener siempre ganas de vivir en otro sitio. No voy a echarle las culpas al trabajo de mi padre, y al hecho de haberme pasado los primeros quince años de mi vida cambiando de casa y de ciudad cada dos años. A estas alturas ya no queda elegante.

Sé lo que es sentirse miserable, pero también un poco satisfecho, por no querer salir un sábado por la noche, y sentirse el doble de miserable por al final haber salido.

Conozco lo que es entrar en combustión con las palabras de un amigo, y conozco también la pena de que ese tipo de procesos sean tan raros. Conozco la paz de ir con una persona y no tener por qué decir ni una palabra.

Sé lo que es tener que acostumbrarse a hablar en pasado de una persona muerta.

Sé lo que es una siesta con amor, ese jugueteo de cachorros, el calor exquisito de un cuerpo que está a tu lado, vivo, durmiéndose contigo, dejando todo el aplomo del día en la silla donde dejamos de cualquier manera la ropa de calle.

Sé lo que es querer ser, no ya otra persona, sino esta pájaro

Seguro que por internel encontráis fotos mejores, pero ésta es la mía.
Si lo vierais volar a lo loco, hacer picados, ascender, moverse locos por el aire como borrones de colores, también querríais ser un abejaruco. 


Sé más cosas, pero por ahora me las callo. ¿Dará todo esto para construir relatos?

8 comentarios:

  1. Lo dudas?,ánimo ahí hay material para rato.Añado otro tema del que me gustaría que hablaras,cómo fué que tuviste que realizar un trabajo policíaco,en que consistió,etc

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  2. Así que trabajo por encargo, eh?? Un día de éstos, que todavía estamos con el secreto de sumario

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  3. Dicho y hecho: hago mi primer descansito laboral tras el descubrimiento de tu blog y me encuentro esta cosa tan bonita en mi pantalla. Me ha olido a Jimena de la Frontera y a tarde de verano reposada y sin remordimientos...
    Olé por la primica!.
    Besos!!
    Laura

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  4. Esta chica me encanta, que lo sepa todo el blogoworld. Habrá que contar un día esas tardes, ¿no?
    Un beso

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  5. Yo supe cosas pero ahora se me escapan, no se dejan escribir...

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  6. Anónimo entre comillas09 noviembre, 2011 22:49

    Dará...estoy segura, y espero haberte convencido esta tarde de que es casi una obligación, por ser una "gracia" (¿soy o no soy la reina de las comillas?) especial que no todos podemos desarrollar, aunque sí podamos compartir casi al pie de la letra esas cosas que sabes, algunas incluso por haberlas visto juntas, como el prodigio de la llegada a Korçula.

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  7. Másdelomismo, qué gusto verte por aquí. Es bonito imaginar las cosas que supiste así, como mariposas.

    Y Reina de las Comillas, sí, estoy casi convencida. LLevaré esta carga con humildad, juju. ¿Sabes que me imagino muchas veces escribiendo asomada a la ventana de una casa que vimos en Korçula?

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  8. la madre de la pantoja11 noviembre, 2011 12:11

    "...cuéntale a tu madre lo que a tí te pasa,dime lo que tienes reina de mi casa.Mi niña...etc,etc

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